Al menos 18 personas han resultado heridas leves -un vecino y 17 bomberos- en el incendio desatado la pasada noche en la sierra de Sintra, a unos 30 kilómetros al norte de Lisboa (Portugal), donde más de 750 efectivos tratan de controlar los dos frentes por los que avanzan las llamas. El incendio ha obligado a desalojar a 347 personas de varias aldeas próximas y de un camping la localidad de Cascais y a cortar dos carreteras nacionales.
Las llamas, que se iniciaron cerca de la medianoche en la zona de Peninha, se descontrolaron durante la madrugada impulsadas por el fuerte viento en la zona, donde se han registrado rachas de 100 kilómetros por hora. Entre los efectivos desplegados hay más de 200 vehículos de extinción terrestre y ocho aviones.
Según ha explicado en rueda de prensa André Fernandes, comandante distrital de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC), las operaciones de combate de las llamas se desarrollan “favorablemente”, aunque los frentes activos “todavía preocupan”. La previsión meteorológica para las próximas horas puede facilitar las labores de control y extinción.
En este sentido, Fernandes ha precisado que los expertos les han transmitido que habrá “menos viento” y que las temperaturas rondarán los 24 grados. “Son condiciones totalmente diferentes, y favorables, con respecto a lo que tuvimos en las primeras horas del incendio, que nos obligó a desplegar una estrategia defensiva”, ha comentado.
El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, se desplazó a la zona alrededor de la 01.00 hora local (02.00 hora peninsular española) para conocer de primera mano la situación junto al alcalde de Sintra. El ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, se mantiene “en contacto permanente” con las autoridades de Protección Civil desde Lisboa, han indicado fuentes gubernamentales.
Portugal, en alerta por elevado riesgo de incendio
Portugal ha reforzado este año sus operativos de respuesta ante incendios tras las tragedias vividas en 2017, año en el que murieron más de 100 personas en fuegos declarados en junio y octubre.
Las autoridades lusas anunciaron a finales de septiembre que extenderían la alerta por elevado riesgo de incendio hasta mitad de octubre, debido a la previsión de elevadas temperaturas y escasas precipitaciones para las primeras semanas del mes. Ello implicaba mantener el operativo desplegado durante el verano como medida de precaución.
El fuego más grave registrado este año en el país se declaró a principios de agosto en el municipio de Monchique, en la meridional región del Algarve, donde las llamas, que tardaron una semana en ser controladas, consumieron más de 20.000 hectáreas. Además, 41 personas resultaron heridas, todas leves salvo una mujer de 72 años que sufrió quemaduras graves.