El Banco de España revisó a la baja sus estimaciones de crecimiento entre 2018 y 2020.
Los economistas en el banco predicen que la economía del país crecerá un 2,6 por ciento este año, una décima menos de lo que se pensaba originalmente, informa el diario español 20 minutos.
Estas proyecciones revisadas se producen casi un año después de que Cataluña votara por la independencia en un referéndum prohibido que causó conmoción en la economía española.
El crecimiento impulsará la creación de empleo y ayudará a reducir el desempleo desde su tasa actual de 15.28 por ciento a menos del 12 por ciento para fines de 2020, predice el banco.
El Banco de España identificó el empeoramiento de las perspectivas en los mercados extranjeros y el aumento de los precios del petróleo como las principales razones externas para un crecimiento económico peor de lo esperado.
Internamente, el banco advierte de la “incertidumbre” sobre la dirección de las políticas económicas “en un contexto de alta fragmentación parlamentaria” es un problema, así como la alta deuda pública que el gobierno ha hecho “un progreso limitado” en la limpieza.
El banco también dijo que el crecimiento económico podría verse amenazado por un recrudecimiento de las tensiones políticas en Cataluña.
El lunes 1 de octubre se cumplirá un año desde que la región autónoma votó a favor de separarse de España en un referéndum con la marca de ilegal de Madrid.
Potencia económica Cataluña representa alrededor de un quinto del producto interno bruto de España y la batalla de la secesión fue un golpe para el mercado de valores español y los bonos del gobierno.
Más de 3.000 empresas trasladaron su sede fuera de la región durante la crisis de independencia y existe el riesgo de que la continua incertidumbre en Cataluña pueda llevar a un declive económico prolongado.
Los datos también muestran que se crearon menos negocios nuevos en Cataluña y que la inversión internacional había disminuido, poniendo a la región en camino de quedar por detrás de Madrid en términos de producción económica por primera vez.
Una encuesta publicada en julio reveló que el 46.7 por ciento de los catalanes aún desean la independencia, mientras que el 44.9 por ciento se opone a la idea.
Estas cifras reflejan en gran medida los números de los últimos cuatro años, lo que significa que es poco probable que el problema desaparezca pronto.
Los que están detrás del referéndum de independencia de octubre de 2017 están en la cárcel o en exilio autoimpuesto y la economía del país se ha estabilizado desde entonces.
