Se veía venir. A menos de cuatro meses de unas elecciones municipales y autonómicas, en las que barones y alcaldes socialistas se juegan mucho, que el Gobierno haya aceptado de manera imprevista la figura del ‘relator’ en las negociaciones con Cataluña ha irritado a una parte del PSOE. Ya han protestado públicamente algunos barones y dirigentes, y otros admiten su incomodidad por la decisión del Ejecutivo de ceder una pieza clave a los independentistas para conseguir que no tumben a la primera sus Presupuestos Generales del Estado. Incluso un presidente regional, el manchego Emiliano García-Page, ha pedido la convocatoria del consejo de política federal, el órgano que reúne a los secretarios generales, para discutir sobre este asunto. Pero que se reúna o no depende en exclusiva de Pedro Sánchez.
Comenzó por la noche la diputada Soraya Rodríguez, antigua portavoz parlamentaria del PSOE. “Ni mediadores ni relatores. El diálogo entre el Estado y una comunidad autónoma necesita respeto a la Constitución, al Estatuto y a las instituciones”. Carmen Calvo fue muy crítica con ella en la SER ya el miércoles a primera hora: “La señora Rodríguez, compañera diputada, no ha entendido nada de eso”. El caso es que también el exlendakari Patxi López, miembro de la ejecutiva federal socialista, había aseverado que no sabía si era “necesaria” la intervención de un relator.
El enfado de Rodríguez dejaba ver un malestar que, con el paso de las horas, fue tomando cuerpo. Como en otras ocasiones, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, abrió fuego y elevó la voz. Lo hizo en Onda Cero y en la COPE: “Lo del relator me deja muy perplejo. Si de lo que se trata es de tener a alguien de testigo, porque no se fían unos de otros, para eso pueden hablar directamente en el Parlamento, que estamos todos los españoles de testigo y tengo tanto interés como nadie en saber lo que dicen”.
“Lo que tengo muy claro es que hablar es una cosa, yo no hablo con mis amigos con testigos de por medio. Eso es negociar”, manifestó el barón socialista. Para Page, no se puede “alimentar a parte de la sociedad catalana” que ha creído que es posible “un referéndum de autodeterminación”. Por eso, le gustaría le gustaría que “no se den expectativas a la sociedad catalana”: ha de dejársele “muy claro” que “eso es absolutamente imposible” llevarlo a cabo, informa EFE. El presidente reclamó entonces a Sánchez “que se mantenga en su sitio desde el fondo, en la defensa de la Constitución, pero también en las formas”.
Page se declara “perplejo” por el gesto del Gobierno, porque si se trata de tener un testigo, “pueden hablar directamente en el Parlament”
Page reclamó que se reúna el antiguo consejo territorial del PSOE (desde 2014 llamado consejo político federal), porque tiene “muchas ganas” de decir lo que piensa “con claridad” y para que hablen todos los barones socialistas: “Cuando se habla de España, decidimos todos los españoles”. Desde Ferraz ya avisaron de que no habrá cita del consejo.
No a los “chantajes”
De nuevo, Page fue la voz crítica más nítida. Pero no fue el único que manifestó sus discrepancias. “Las cosas que son difíciles de explicar son aún más difíciles de entender. Sobre todo si no se escucha. Y en España, por desgracia hace años que se dejó de conjugar el verbo escuchar”, escribió en Twitter el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara. Él, que suele buscar los equilibrios para no desairar a Sánchez fue muy expresivo en esa primera parte de su mensaje en redes sociales. Vara fue prevenido por Page de que iba a demandar la reunión del consejo político federal, pero su convocatoria es potestad del secretario general, Pedro Sánchez. Y este, según confirmaron fuentes de Ferraz, no lo hará.
“Llego a pensar que a Sánchez no le importaría que tuviéramos un resultado pésimo en las autonómicas y nos fuéramos todos al garete”, dice un barón
Aunque más contundente, en su línea, fue el presidente de Aragón, Javier Lambán: “Aprobar un Presupuesto no justifica cesiones que pongan en cuestión la Constitución, la unidad de España, el Estado de derecho ni la decencia. Estoy seguro de que Sánchez no cederá a chantajes de los independentistas, cáncer de la democracia con el que hay que acabar”.
En privado, los comentarios reflejaban la preocupación que se ha instalado en un sector del partido que se somete al escrutinio de las urnas el 26 de mayo, y que teme que la estrategia de apaciguamiento del presidente les acabe arrastrando por el desagüe. “Llego a pensar que a Sánchez no le importaría que tuviéramos un resultado pésimo en las autonómicas y nos fuéramos todos al garete. Si después, con un giro radical en su política, envolviéndose otra vez en la bandera de España o similares, consigue un resultado que le sume con Podemos, independentistas, Bildu, PNV y demás familia, triunfo completo”, apuntaba un barón regional a este periódico.
En el otro extremo de la balanza, la opinión de aquellos otros líderes regionales que sí apoyan los pasos que va dando el Ejecutivo. La presidenta balear, Francina Armengol, que siempre ha defendido el entendimiento con los separatistas, reivindicó este miércoles de nuevo el dioálogo “dentro de la legalidad” entre los dos gobiernos y defendió la figura del relator. “Yo siempre he defendido lo mismo: para solucionar problemas políticos hay que hacerlo a través del diálogo. Creo que ya era hora de que el Gobierno de España y el Gobierno catalán fueran capaces de dialogar para buscar soluciones a un problema político que desgraciadamente vivimos en España”, contestó cuando se le preguntó por ese coordinador mentado por la vicepresidenta, informa Europa Press.
Pero tal vez una prueba más de que esta cuestión ha preocupado a una parte importante del PSOE la ponían las palabras del secretario general en Castilla y León, Luis Tudanca, barón inequívocamente sanchista pero que también se examina el 26-M en un territorio tradicionalmente conservador. Tudanca señaló que aunque la figura del relator no es lo mollar del diálogo con Cataluña —es una “anécdota”—, sí se ha explicado “mal”. Además, sí comparte la petición de Page de que se convoque el consejo territorial. “Es muy oportuno para abordar este y otros temas, tenemos problemas territoriales abiertos y el PSOE debe ponerse de frente a los secesionistas y a la ultraderecha que quieren acabar con las autonomías en este país”, mantuvo.
Otro barón de peso, el presidente valenciano, Ximo Puig, también urgió a “clarificar” la figura del relator, que en todo caso ha de estar circunscrita al ámbito de los partidos, y no a nivel institucional. “No debe haber dudas de que no hay ningún tipo de necesidad de intervención foránea”, apuntó. No obstante, “si alguien en algún momento puede ayudar a decirles a todos los actores, especialmente a los independentistas, que se puede debatir todo dentro del Estado de derecho, y que se puede cambiar lo que democráticamente se decida dentro de la legalidad, cualquier aportación será positiva”.
Es momento de poner “pie en pared”
La reprimenda de Calvo a Rodríguez en la SER no llegó a acallar la polémica interna. El diputado José María Barreda, expresidente de Castilla-La Mancha, insistió posteriormente en que el anuncio del relator se ha producido en medio de “medias palabras y confusión”. “No merece la pena resistir a toda costa”, apuntó en los pasillos del Congreso. Barreda pertenece a ese PSOE clásico que teme las consecuencias electorales para el socialismo fuera de Cataluña: “Los independentistas están ganando terreno en lo simbólico”, así que es el momento de “poner pie en pared”. Ayer mismo, en el Senado, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, una bestia para el independentismo, también aseguraba que si no se producen avances en el diálogo, habrá que “suspender” la “terapia del ibuprofeno” que el Gobierno puso en marcha.
Calvo achaca las palabras de Page y Rodríguez a “desinformación, desconocimiento”, y defiende que el Gobierno ha actuado con “prudencia” y “madurez”
Calvo tuvo ocasión de responder a las palabras de Page y Rodríguez en la rueda de prensa en la Moncloa que convocó para intentar aclarar la confusión creada en torno a la figura del relator y aplacar las críticas internas. “Desinformación, desconocimiento, no hay más que mirar sus declaraciones y se ve que no hemos llegado a tiempo de que tuvieran la información correcta”. Sus palabras, abundó, “no concuerdan con la realidad en que nos movemos”. “Cuando tenemos que intervenir en público todos tenemos que tener información par acertar en lo que decimos sin equivocarnos”, añadió.
La vicepresidenta no se quiso mojar respecto al consejo político federal. Es una cuestión “de partido”, pero las decisiones respecto a los espacios de diálogo con Cataluña se adopta “con conocimiento” del secretario general y presidente del Gobierno. Ella no hizo autocrítica respecto a la gestión interna de la información. El Gobierno, dijo, ha estado haciendo su trabajo de manera “razonable”, con “prudencia” y con “eficacia”. Lo ha hecho con “madurez”, incluso, defendió.
