Puede que esté tras las rejas, pero un ex jefe de policía sigue atemorizando a los niveles más altos del estado español gracias a sus grabaciones encubiertas de conversaciones comprometedoras con los todopoderosos.
La ministra de justicia socialista de España, Dolores Delgado, es la última personalidad destacada que se siente avergonzada por las grabaciones filtradas de una conversación pasada con el “chantajista”, como se conoce ahora a José Manuel Villarejo.
La monarquía también vio rojo recientemente después de que Corinna zu Sayn-Wittgenstein, ex amante del ex rey Juan Carlos I, supuestamente reveló que usó su nombre y el de un primo para ocultar propiedades en Marruecos y cuentas bancarias suizas, según otra filtración.
El superintendente de policía retirado de 67 años de edad es sospechoso de corrupción a gran escala, ya que supuestamente ha realizado trabajos sucios, como chantajes o amenazas, en nombre de compañías o personas ricas durante décadas.
“Villarejo dirigió una fuerza policial paralela que trabajó para manipular el sistema de justicia, borrar o modificar casos legales, para grandes corporaciones y millonarios”, dice el periodista de investigación Carlos Enrique Bayo, ex director del diario Publico, que en 2015 reveló información sobre sus actividades turbias. .
Para él, “lo más impactante es que representa la punta del iceberg de una red estatal creada cuando la transición (a la democracia en 1975) comenzó y duró cuarenta años”.
Un hombre corpulento y con gafas, con una inclinación por las gorras planas, Villarejo se unió a la policía en 1973, dos años antes de que muriera el dictador Francisco Franco.
Ha estado bajo custodia preventiva desde noviembre de 2017, acusado de ser parte de una organización criminal, lavado de dinero y subnominación.
Pero incluso tras las rejas, atemoriza a aquellos que una vez conversaron con él.
Durante décadas, utilizó secretamente grabadoras en sus charlas informales con políticos, jueces, empresarios, policías y fiscales.
La ministra de Justicia, Delgado, fue grabada durante la cena cuando era fiscal en 2009.
En las grabaciones recientemente filtradas, aparentemente usó un término homofóbico para referirse a su colega abiertamente gay Fernando Grande-Marlaska, ahora ministro del Interior.
Las grabaciones también parecieron mostrar que acusaba a jueces y fiscales de estar acompañadas por niñas menores de edad durante un viaje a Colombia.
En la conversación, Villarejo presuntamente se jactó de haber usado “una agencia de modelos” para obtener “información vaginal”, es decir, secretos revelados a prostitutas por políticos o ejecutivos de negocios.
La oposición española ha pedido que Delgado renuncie.
Pero el primer ministro, Pedro Sánchez, la apoyó y dijo que su gobierno no aceptará el “chantaje de nadie”.
Delgado ante una comisión parlamentaria, Delgado acusó a los conservadores de la oposición de haber usado y protegido a un hombre que pertenecía a “las alcantarillas del estado”.
Dijo que “de acuerdo con los fiscales anticorrupción, el clan de la policía mafiosa de Villarejo trató de influir en las políticas de seguridad nacional y se basó en funcionarios públicos, legisladores, medios de comunicación y personas en la administración judicial” para hacerlo.
Bayo dijo que Villarejo supuestamente “creó un instituto de estudios legales donde los magistrados de los órganos judiciales más altos ganaban 600 euros ($ 700) por hora para dar lecciones”, lo que le permite “tener vínculos excepcionales” con ellos.
El ex policía almacenó meticulosamente su información.
Esto, dijo Delgado, permitió a los investigadores encontrar el equivalente de “tres meses de programas de radio ininterrumpidos” en la información grabada.
Delgado dijo a los legisladores que, cuando Mariano Rajoy era primer ministro conservador, se sospecha que Villarejo participó en la “operación Cataluña” con el objetivo de fabricar “información falsa contra partidos separatistas” y también el partido de extrema izquierda Podemos.
Villarejo supuestamente ganó dinero considerable al amenazar o chantajear a las personas.
Rajoy fue derrocado en un voto de no confianza en junio, visto en parte como una censura por su manejo de la crisis de la independencia catalana, pero también en medio de la percepción de que había sido débil para erradicar la corrupción.
Según el diario El País, se sospecha que Villarejo recibió millones para crear un caso perjudicial contra un hijo del líder de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, un ministro que estaba en conflicto con su propio hermano, el vicepresidente.
Varios meses antes de ser detenido, Villarejo concedió una entrevista al canal de televisión Sexta, en el que reveló los nombres de varios policías de alto rango que, según dijo, le habían dado órdenes.
Admitió haber dirigido una docena de empresas privadas, lo que, según dijo, le permitió “actuar como un agente infiltrado” en los casos en que “el estado no podía intervenir”.
“Villarejo pensó que era intocable”, dijo Bayo, quien en 2017 atrapó a Villarejo en su propio juego al grabarlo en secreto.
En esa grabación, se alega a Villarejo decir que si los legisladores lo obligaran a declarar en una comisión de investigación, “realmente tendrían problemas”.
“Si Villarejo comienza a revelar cosas sobre los socialistas, los destruirá, pero si revela cosas sobre los conservadores, los destruirá” también, dijo Bayo.