Los equipos de rescate indonesios han descubierto este martes los cuerpos de 34 estudiantes de teología en una iglesia en el sur de la isla de Célebes, devastada por un alud causado por el terremoto del viernes, según ha informado una portavoz de la Cruz Roja local, Aulia Arriani.
La responsable ha precisado que en un primer momento se habían declarado desaparecidos 86 estudiantes, que participaban en un retiro religioso en el distrito de Sigi Biromaru, en el norte de la isla. Según Ariani, el lugar es de muy difícil acceso. “El problema más importante es moverse a pie en el barro durante hora y media, transportando los cuerpos”, ha explicado.
El centro de la isla de Célebes quedó devastado por el seísmo, de magnitud 7,5, y un posterior tsunami el pasado viernes por la noche, que mataron a al menos a 844 personas —821 en Palu, 12 en Parigi Moutong y 11 en la municipalidad de Donggala—, según los últimos datos oficiales, aunque el registro del puesto de comandancia militar en la capital provincial informa de más de 900 fallecidos solo en Palu. La lista se completa con 90 desaparecidos, 632 heridos y 48.000 personas atendidas en más de un centenar de centros de acogida.
Hasta el momento, unas 153 víctimas mortales han sido enterradas en fosas comunes para evitar la descomposición de los cuerpos, mientras que se teme que pueda haber cientos de muertos enterrados en las ruinas y bajo el barro de los corrimientos de tierra. El balance final de fallecidos será probablemente más alto, pues los equipos de rescate todavía no habían podido acceder a algunas zonas este martes.
“Hay algunos sitios a los que no podemos llegar. En Donggala por ejemplo hay algunos distritos donde tenemos que enviar suministros en helicóptero”, ha precisado el coronel Muhammad Thohir, del Ejército indonesio. El distrito de Sigi Biromaru es una de esas zonas remotas, al sureste de Palu. Los esfuerzos internacionales para ayudar a las casi 200.000 víctimas del seísmo y del tsunami se han intensificado este martes.
Los supervivientes se enfrentan al hambre y la sed, pues los víveres y el agua potable escasean, mientras que los hospitales están desbordados por el gran número de heridos. El coronel Thohir ha explicado que los suministros de gasolina y agua potable están llegando a la isla, aunque aún son insuficientes para las necesidades de decenas de miles de afectados que lo han perdido todo.
No hay suficiente maquinaria pesada para los equipos de rescate, cuya labor se complica por culpa de las carreteras cortadas y de la amplitud de los daños en las infraestructuras. Además, el país ha registrado dos terremotos más frente a sus costas, si bien se produjeron a cientos de kilómetros de Palu. El Ejército indonesio dirige las labores de rescate pero, tras un llamamiento del presidente, las ONG internacionales también han desplegado equipos sobre el terreno.