La escasez de dólares y un saldo deudor que marca rojo ponen a la Argentina en una posición mendicante en el plano internacional. En este contexto, la profundización de las relaciones económico-financieras con China pueden representar oportunidad o amenaza.
En perspectiva, a partir de 2003 las relaciones con dicho país crecieron notablemente como resultado, en parte, de su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC). En 2014, la relación bilateral entre Argentina y China ganó estatus de Asociación Estratégica Integral y el gigante asiático se consolidó como nuestro segundo socio comercial después de Brasil.
Pero así como se incrementó el intercambio, para Argentina también aumentó el déficit comercial.
Un comercio desequilibrado
En este sentido, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el país lleva 15 años consecutivos de déficit comercial con China. En este periodo, el saldo negativo superó los US$ 75.000 millones. Más aún, el 2022 terminó con un déficit de casi US$ 9.500 millones, el máximo registrado en la relación bilateral.
En tanto, en los primeros 5 meses del 2023 el intercambio comercial con China alcanzó un rojo de US$ 3.135 millones.
En cuanto a la composición de las exportaciones, la BCR precisó que el gigante asiático es el principal destino de carnes y soja. El año pasado, el 92% del poroto se soja se embarcó hacia China, a la vez que este país fue destino del 57% de las exportaciones de carne.
Ambos complejos representaron más del 66% de las exportaciones argentinas a China en 2022.
Por otra parte, desde 2020 es el principal origen de nuestras importaciones, con un fuerte peso de Bienes Intermedios (33%) y Bienes de Capital (30%) en las compras totales realizadas a dicho país.
En este marco, Gabriel Puricelli, coordinador del programa de política internacional del Laboratorio de Políticas Públicas, explicó: “Argentina no tiene a China como segundo socio comercial porque lo haya buscado especialmente, sino porque se trata de dos economías complementarias, una que necesita las materias primas y manufacturas de origen agropecuario que tiene la otra y viceversa con las manufacturas de origen industrial”.
Pero la excesiva dependencia de las exportaciones de productos primarios y la poca diversificación hace que la volatilidad de los precios internacionales, una sequía o bien, un cambio en la demanda pongan en jaque a la economía.
De hecho, la sequía es la carta de presentación con la que el equipo económico está renegociando el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Inversiones primarias
Por otra parte, cabe destacar también el rol de inversor que cumple China en nuestro país y los rubros que le interesan especialmente: los agroalimentos, los minerales y la energía.
El politólogo y especialista en economías asiáticas Daniel López afirmó: “Según el Observatorio de Inversiones de la Cámara Argentina China de la Producción Industria y Comercio se han identificado 31 casos de inversiones en el país. En no todos los casos se hicieron públicos los montos. Pero las cuatro operaciones más importantes en el período 2010- 2017 fueron llevadas a cabo por las corporaciones CNOOC y Sinopec (petroleras), Shangdong Gold (minera-oro) y el ICBC (banco) por un monto aproximado, en conjunto, de US$ 7.200 millones”.
Puricelli señaló: “Argentina es el cuarto país que más recibe inversión extranjera directa de China en América Latina, detrás de Brasil, Perú y Chile, con US$ 10.800 millones. La mayor parte de sus inversiones son en minería (metales y litio), buscando aprovechar el perfil extractivista del desarrollo argentino actual”.
En este sentido, si bien el litio representa una importante fuente de dólares en la actualidad debido a su exponencial aumento de precio (en 2020 la tonelada valía US$ 6.700 y llegó a tocar los US$ 69.500 el año pasado), el ministro de Economía, Sergio Massa, afirmó recientemente que para él la ventana de oportunidad del mineral es más corta porque se puede reciclar.
Esta declaración cobra relevancia si se tiene en cuenta que en 2022, el 41,5% de las exportaciones de litio se dirigieron a China y que el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos, Contemporary Amperex Technology Co. Limited (CATL), de origen chino por cierto, es capaz de recuperar más del 90% del litio de una celda de batería usada.
En tanto, “una mención aparte, merecen las experiencias de asociaciones entre empresas chinas y extranjeras para operar en el país. La compañía de capitales mixtos (chino-argentinos) Compañía Central Pampeana S.A. trabaja a fasón con cuatro frigoríficos locales: Rosario (SENASA 1989) y Nelson (SENASA 249) en la provincia de Santa Fe y Monte Grande (SENASA 4073) y Las Heras (SENASA 2550) en la provincia de Buenos Aires. Esta joven compañía ha logrado concentrar una parte importante de la exportación de carne argentina a China”, detalla López.
“Otra asociación exitosa es la de la compañía Canadiense NRG Metals y la china Chengdu Chemphys Chemical Industry que explotan el Salar Del Hombre Muerto para la extracción de litio en las provincias de Salta y Catamarca”, agrega el politólogo.
“En principio, esta colaboración estaría reforzando la reprimarización”, indicó.
No obstante, Puricelli afirmó: “El financiamiento chino, sin embargo, no está solo dirigido a sectores de perfil productivo extractivo, sino también al desarrollo de infraestructuras y a las energías renovables”.
“China está abierta a colaboraciones industriales y a transferencia de tecnologías como lo ha demostrado con otros países de la región (Bolivia, Venezuela). Lo que ha ocurrido es que los gobiernos de turno no han mostrado una política enfocada hacia esos objetivos en las negociaciones con China”, aseguró López.
Por su parte, Marcelo Elizondo, Chairman de la International Chamber of Commerce (ICC), afirmó: “China ha previsto invertir en algunos otros rubros, sobre todo en materia de infraestructura pública como las represas. Pero eso se ha hecho en mucho menor medida de lo que se había previsto”.
Hacia la transición energética
En tanto, a principios del año pasado el presidente Alberto Fernández aprobó la incorporación de Argentina a la Franja y la Ruta de la Seda, un proyecto económico basado en la antigua Ruta de la Seda que tiene como objetivo fortalecer los lazos con el resto del mundo mediante la creación de dos grandes vías comerciales: una marítima y otra terrestre. Estas rutas conectarán a China con Europa, África y América Latina.
La iniciativa es considerada el Plan Marshall del siglo XXI e incluye el 75% de las reservas energéticas conocidas, el 70% de la población y generaría el 55% del PBI mundial.
Entonces, en el marco del Plan de Cooperación de la Franja y la Ruta, el embajador argentino, Sabino Vaca Narvaja, presentó recientemente 20 proyectos de energía renovables que serán encarados con financiamiento chino.
Los Parques Eólicos “El Escorial” y “Antonio Morán” (Chubut), el Complejo Hidroeléctrico Potrero del Clavillo y el Naranjal (Catamarca y Tucumán) y el Proyecto Bio Futuro Energía Regenerativa para la provincia de Santa Fe, son algunas de las iniciativas que tendrán financiamiento en yuanes por más del 80% del monto total de la obra.
“Nuestra cooperación en materia de energía limpia con China es sumamente amplia. Para nombrar unos ejemplos, con la empresa estatal SPIC firmamos un acuerdo estratégico integral para cooperar en energías limpias que incluye a la energía solar, la eólica, el desarrollo de hidrógeno verde y la energía nuclear, entre otras”, había señalado el embajador.
Ahora bien, un informe de la Fundación German Abdala explicó: “Hoy la transición energética hacia las energías renovables y la movilidad sustentable pueden transformarse en una ventana de oportunidad como vector de desarrollo si la Argentina es capaz de blindar sus objetivos estratégicos y dar un salto cualitativo en su institucionalidad, así como en sus capacidades de coordinación de políticas públicas, de asociatividad público-privada y de generación de incentivos condicionales para la inversión productiva y en infraestructura. La alianza estratégica con China puede ser clave”, señaló el informe.
“Sin embargo, está por verse si la modalidad de colaboración y de inversiones extranjeras directas de China en Argentina será capaz de generar procesos de aprendizaje, transferencia de tecnología, diversificación de capacidades y complejización del entramado productivo”, apuntó.
La relación financiera secreta
Por otro lado, y respecto a la relación financiera, Puricelli dijo que las condiciones de los préstamos chinos tienden a no ser muy transparentes, como se aprecia con el swap, cuya tasa de interés no se conoce públicamente.
Si bien circulan algunas versiones de que la tasa de interés se ubica en torno al 6%, el Banco Central y el Ministerio de Economía mantienen la letra chica del acuerdo en secreto.
Al respecto, desde Ecolatina señalaron: “Las características de sus múltiples operaciones es que resaltan por su opacidad -son generalmente confidenciales- y tienen una relativa elevada tasa de interés con relación a otras fuentes -organismos multilaterales, mercado financiero-“.
“La dificultad para realizar un monitoreo pormenorizado de su utilización radica en que no existen datos públicos con los detalles de estas operaciones producto de la confidencialidad de los acuerdos. No obstante, todo indica, según trascendidos, que las aprobaciones de SIRAs cuyas importaciones se realicen en yuanes cobraron un carácter más fluido desde la negociación del nuevo acuerdo”, precisó la consultora.
Desde el punto de vista de Elizondo, “la ayuda que nos está dando China no es una ayuda tan grande como la que se dice. China nos dio un swap por US$ 5.000 millones que todavía no se usó del todo y anticipó la ampliación por otros US$ 5.000 millones, que van a estar disponibles recién para cuando se use el primero. Hasta el momento, se han utilizado unos US$ 3.000 millones en total”.
“El swap se usa para financiar las compras que se le hacen a China, por lo que opera como un beneficio para que las empresas chinas puedan seguir vendiéndole a la Argentina a pesar de su falta de dólares”, afirma el especialista.
“China también tiene un objetivo estratégico que es que el yuan empiece a ser una moneda global. Entonces le interesa prestar yuanes para que se usen para pagos internacionales. Yo diría que no nos está ayudando”, agrega.
En definitiva, China vela por sus intereses y por los de sus empresas, ¿nosotros velamos por los nuestros? Pero primero, ¿cuáles son los nuestros?
Mientras que el gigante asiático planifica su economía para seguir innovando y diversificando su matriz productiva, Argentina no establece políticas de Estado que se sostengan en el tiempo para utilizar e industrializar estratégicamente sus recursos.
En paralelo, el debate entre los precandidatos para las próximas elecciones gira en torno a cuestiones que podrían considerarse “saldadas” hace tiempo, como la educación pública, y a iniciativas que lejos están de ser viables en el actual contexto, como la dolarización.
Las asimetrías entre ambos países son claras pero poder aprovechar el interés del gigante asiático en Argentina y buscar un equilibrio en la relación bilateral que favorezca el desarrollo sostenible y sustentable de nuestro país es decisión política.
Fuente: Perfil