En los primeros tres meses de 2023, Brasil registró un ingreso récord de 51 838 migrantes y refugiados venezolanos.
El total es el más alto jamás registrado en los primeros tres meses del año desde 2020. Los datos son del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, divulgados por la Operación Bienvenida, ejecutada y coordinada por el Gobierno Federal, con el apoyo de entidades federales, agencias de las Naciones Unidas (ONU), organizaciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil y entidades privadas, totalizando más de 100 socios. Las acciones tienen lugar en el estado de Roraima, en la frontera con Venezuela para recibir, prestar ayuda humanitaria y llevar a cabo la internalización de los venezolanos.
Desde enero de 2017, cuando comenzaron a organizarse los datos, hasta abril de 2023, Brasil contabilizó 903 279 ingresos de venezolanos.
Alejandro Guzmán, director de relaciones institucionales de la ONG Casa Venezuela, relaciona el elevado número de migrantes en el primer trimestre del año, con el endurecimiento de la actual situación económica en el país vecino. La ONG trabaja en la capacitación e inserción socioeconómica de los emigrantes, remitiéndoles a las ofertas de empleo que ofrece una red de empresas. Los venezolanos participan en el proceso de selección; si son aprobados son contratados. Guzmán también afirma que el perfil de los recién llegados a Brasil es de “extrema vulnerabilidad” social, lo que dificulta que las ONG les encuentren trabajo en Brasil.
“Sentimos el impacto de este aumento en los tres primeros meses del año, porque nos dimos cuenta de que las personas llegaban ahora en condiciones muy vulnerables, casi sin capacitación, sin profesión, en una condición que nos resulta muy difícil colocar en el mercado laboral”, dijo Guzmán a Diálogo. “Algunos casi sólo saben hablar. Estamos tratando de capacitarlos en algunas áreas como peluquería, manicura, para ver si podemos conseguirles empleo”.
Actualmente, la ONG está asociada con el proyecto Cerzindo, es un laboratorio de moda multicultural para inmigrantes y refugiados, promoviendo un curso de costura para mujeres venezolanas en São Paulo. Casa Venezuela también ofrece cursos para aprender portugués y atiende a unas 3000 personas al mes, con ayuda de todo tipo para entrar en el mercado laboral.
“Ese número de personas aumentó en los tres primeros meses del año, porque hubo una devaluación del 300 por ciento de la moneda venezolana. La situación actual en Venezuela es aún más aterradora. El salario mínimo actual corresponde a […] unos 7 dólares estadounidenses [al mes], lo que no alcanza ni para comprar 12 huevos en el mercado. Por eso, otras personas decidieron abandonar el país. Incluso refugios que estaban cerrados tuvieron que ser abiertos para recibirlos”, dice Gusmán, que ve la situación en Venezuela con pesimismo. “La propia ONU entiende que lo que está ocurriendo en Venezuela es una compleja crisis humanitaria, económica y política”.
A pesar de todas las dificultades, la Operación Bienvenida alcanzó el 30 de marzo la marca de 100 000 refugiados y migrantes de Venezuela internalizados por Brasil. Son más de 930 municipios brasileños que han recibido ciudadanos del país vecino en casi cinco años.
El 14 de junio, el Ministerio brasileño de Desarrollo y Asistencia Social promulgó un decreto por el que se asignaban más de USD 1,8 millones a 15 municipios y diez estados brasileños, para reforzar la red de asistencia social a inmigrantes y refugiados.
“Nuestro papel es ayudar a los municipios y estados para atender las necesidades básicas de estos grupos vulnerables, sin dejar de lado las diferencias culturales. Además de recibirlos, es necesario crear un camino de nuevas oportunidades”, destacó el ministro de Desarrollo y Asistencia Social Wellington Dias.
Fuente: Dialogo Americas