Los controles cambiarios existen en muchos países, especialmente en aquellos considerados “fronterizos”, pero la tendencia es a una gradual eliminación. La evidencia es contundente sobre los efectos adversos que provoca este tipo de medidas: múltiples tipos de cambio, más inflación y gradual pero inexorable pérdida de reservas.
Ahora la noticia viene de un país africano que acaba de salir del cepo cambiario: Nigeria. Por primera vez desde 2018, este país anunció la liberalización total del mercado cambiario, permitiendo la libre flotación de su moneda, el naira. La consecuencia fue una devaluación del 36% del tipo de cambio oficial, que ahora quedó unificado prácticamente en los mismos niveles que antes tenía el dólar en el mercado paralelo.
Existen otros países africanos que también están analizando dejar atrás controles cambiarios que llevan años. El próximo paso sería el de Etiopía.
Al mismo tiempo que quitó las restricciones cambiarias, el gobierno nigeriano también decidió ponerle un fin a los subsidios en los precios de los combustibles
La situación de Nigeria, el país de mayor población de África con más de 200 millones de personas, parte de un lugar distinto al de la Argentina.
La inflación nigeriana es actualmente de 22% anual aunque en los últimos meses vino subiendo por el ingreso de productos importados que empezaron a ingresar al tipo de cambio del mercado libre y no el oficial. Se proyecta que la reciente devaluación también tendrá impacto en los precios. Por lo tanto, la escalada de precios no había llegado ni por asomo a lo que viene ocurriendo en la economía argentina, mientras que la brecha cambiaria de Nigeria se parecía más a la del cepo del gobierno de Cristina Kirchner que al actual (más del 80%).
Hace unos 20 días el Banco Central nigeriano ya había levantado las restricciones de retiro de depósito en efectivo en cuentas domiciliarias, permitiendo USD 10.000 diarios retiros y mayor flexibilidad para las personas en el manejo de sus fondos.
Además de Nigeria, otros países africanos como el caso de Etiopia están trabajando para levantar los controles cambiarios. Aunque se trata de una práctica habitual en mercados poco desarrollados, la evidencia muestran que generan más inflación, distorsiones en la economía y pérdida de reservas
Los límites a la extracción del efectivo obedecían a una política cashlessque había implementado el anterior presidente del Banco Central de ese país, aunque su funcionamiento fue poco menos que caótico por la cantidad de gente que no se mueve dentro de los canales bancarios tradicionales.
La justificación para imponer aquellas trabas no pasó por cuestiones macroeconómicas, sino como una alternativa para hacer bajar la ola de delitos, especialmente de secuestros, que venía acechando el país.
Al mismo tiempo, el gobierno nigeriano también decidió ponerle un fin a los subsidios en los precios de los combustibles. Según estimó el Banco Mundial, la decisión podría significar un ahorro de USD 5.100 millones anuales.
Dólares y nairas en una casa de cambios de Lagos, Nigeria. REUTERS/Joe Penney/File Photo
Un trabajo realizado por Carmen Reinhardt, ex economista jefe del Banco Mundial, indica que alrededor de 28 países tienen distintas restricciones cambiarias. Se trata de un quinto del total de los mercados considerados como emergentes o fronterizos. Es además, uno de los números más altos de las últimas décadas, aunque recientemente empezó a ceder.
Una de las conclusiones del estudio es que por lo general los países con trabas cambiarias tienen más inflación que el promedio. En la lista de esos mercados con alta inflación y restricciones al movimiento de capitales se encuentran: Venezuela, Sudán, Líbano, Siria, Cuba, Surinam, Zimbawe, Argentina, Irán, Etiopía, Yemen, Angola, Libia, Sierra Leona, Nigeria y Moldavia, entre otros.
En las últimas semanas recrudeció el debate entre los distintos candidatos presidenciales de la Argentina sobre la salida del cepo cambiario y los tiempos que habría que manejar para lograrlo. La coincidencia de los principales economistas de la oposición es que no se podrá lograr en un día, como sí lo hizo en diciembre de 2015 el recién asumido gobierno de Mauricio Macri, con el entonces presidente del BCRA, Federico Sturzenegger.
Fuente: Infobae