El equipo del candidato presidencial argentino Javiel Milei mantiene comunicaciones con el expresidente Jamil Mahuad, quien instauró la dolarización en Ecuador. En diálogo con Sputnik, el experto en economía Andrés Chiriboga consideró preocupante que Argentina adopte “un esquema monetario que puede ser muy peligroso” en su situación actual.
El equipo del candidato argentino Javier Milei mantiene a Ecuador como una posible referencia del proceso de dolarización, uno de los pilares de la propuesta económica del libertario. Con esa intención, el economista Emilio Ocampo, uno de los asesores de Milei, se contactó con el expresidente de Ecuador Jamil Mahuad (1998-2000), responsable de iniciar el proceso de dolarización en ese país en el año 2000.
Sin embargo, no todos coinciden en que la experiencia ecuatoriana pueda replicarse en Argentina. En diálogo con Sputnik, el sociólogo económico y miembro del Observatorio de la Dolarización de Ecuador, Andrés Chiriboga, aseguró que la propuesta de Milei “preocupa” y hasta podría considerarse “un salto al vacío”.
“Cuando no hay políticas adecuadas y no hay un saldo neto de dólares favorables para que la dolarización funcione, es un esquema monetario que puede ser muy peligroso para la economía”, sostuvo.
Chiriboga agregó que “para Argentina, que tiene una economía con tremenda fuga de capitales, es muy probable que el esquema no funcione nada bien y la economía vaya de mal a peor”. En efecto, la fuga de capitales se triplicó durante la gestión del exrpesidente Mauricio Macri (2015-2019), superando los 86.000 millones de dólares, de acuerdo a cifras del Banco Central.
Dolarizar como respuesta a una crisis: la experiencia de Ecuador
A pesar de los problemas actuales de Argentina, el especialista consideró que el país presenta ciertas similitudes con el Ecuador de la década de los 90, como por ejemplo la devaluación de su moneda.
“En el caso ecuatoriano el origen de la crisis es una mala gestión de la política económica de varios gobiernos neoliberales de turno que lo que hicieron es desregular el mercado financiero”, explicó el experto.
Chiriboga recordó que a partir de 1996 varias entidades bancarias ecuatorianas quebraron, lo que condujo a la peor crisis financiera en la historia del país. El experto explicó que entonces el Gobierno de Mahuad intentó “hacer un salvataje bancario para salvar a los bancos y esto implicaba que el Banco Central emita moneda”, lo que provocó una mayor presión a la devaluación.
Ante esta situación, algunos grupos económicos vinculados básicamente a la importación ejercieron presión para que el país se dolarizara porque controlaban de alguna manera el flujo de dólares, aseguró Chiriboga. La medida, sin embargo, fue rechazada por miembros de la propia banca privada que defendieron el sucre.
“Ya había una presencia de dólares, ciertamente informal que es algo que ha sucedido en Argentina desde hace décadas y estaba sucediendo en Ecuador en ese momento. Los banqueros jugaban, hacían una suerte de arbitraje entre los sucres y dólares y generaban utilidades a partir de eso, entonces no les interesaba que el sucre deje de existir”, explicó.
Para el experto la dolarización en Ecuador “fue muy mala” y basado en sus investigaciones sobre el proceso llevado a cabo en el país, las decisiones del Banco Central fueron muy poco técnicas.
“Más allá de las restricciones que implica perder la moneda, que es la principal herramienta de política económica de un país, el Gobierno de Mahuad demostró estar poco preparado para la decisión y ser técnicamente no solvente”, valoró.
Según Chiriboga, el Gobierno ecuatoriano mostró poca preparación a la hora de tomar decisiones en el proceso de la dolarización del país por lo que es un riesgo para Argentina recibir asesoramiento de los responsables en llevarlo a cabo.
¿Qué hizo Ecuador para apegarse al dólar y en qué situación se encuentra Argentina?
Para abandonar el sucre, Ecuador debió transformar todas las reservas de divisas que tenía en el Banco Central e inyectarlas en la economía.
En entrevista con La Nación, el propio Mahuad reconoció que entonces el país sudamericano tenía un bimonetarismo bastante arraigado. Además, “había solo un precio para el dólar, no siete, como tiene la Argentina”.
Por otro lado, Argentina atraviesa una escasez de dólares, por lo que iniciar un proceso como el que propone Milei sería bastante ambicioso.
“La dolarización funciona con dólares. Si hay dólares en la economía, incluso si salen gran cantidad de dólares pero el resultado neto es favorable porque los ingresos son mayores, la dolarización funciona relativamente bien”, manifestó el experto.
El problema surge, advirtió Chiriboga, “cuando salen más dólares que los que entran y la dolarización se vuelve una restricción terrible”.
Los primeros años de la aplicación del nuevo esquema en Ecuador estuvieron sostenidos fuertemente por el ingreso de dólares en las remesas que enviaban los ecuatorianos que residían en el exterior —que habían emigrado producto de la crisis—. Este factor, acompañado de las exportaciones ecuatorianas de petróleo a buenos precios aseguró el ingreso de dólares a la economía.
Esto mantuvo una “dolarización más o menos sana” que generó un apego cultural al dólar en Ecuador, donde se asocia al dólar a la estabilidad de la economía cuando “puede funcionar bien o terriblemente mal”.
Más adelante, en 2014, durante la gestión de Rafael Correa (2007-2017), la coyuntura económica cambió: hubo una caída de los precios del petróleo y Ecuador ya no recibía flujo de remesas. El Gobierno debió hacer una apuesta a la inversión pública para contener el shock, lo que supone que la dolarización no se sostiene exclusivamente con políticas de libre mercado, explicó Chiriboga.
Efectos en los salarios
La propuesta de Milei generó rechazo incluso en sectores de derecha como Juntos por el Cambio. Carlos Melconian, quien forma parte del equipo económico de la candidata Patricia Bullrich, aseguró que el poder de compra de los argentinos disminuiría bajo este sistema.
Chiriboga coincidió en este punto y aseguró que tras dolarizar “la capacidad adquisitiva de los salarios se va por el suelo”. En ese sentido recordó que los primeros años de dolarización en Ecuador fueron “de mucho sufrimiento” para gran parte de la población.
Sin embargo, no todos resultaron afectados. Quienes se dedicaban a las importaciones sí contaban con margen de maniobra y una capacidad para sacarle provecho a la dolarización, explicó.
La idea de dolarizar en Argentina es defendida como una forma de combatir la inflación, que en el país sudamericano se ubica en 113,4% en términos interanuales.
De acuerdo a Chiriboga la experiencia en Ecuador arroja que la inflación no se controló inmediatamente sino que recién a los cuatro años comenzó a estabilizarse. “A partir del segundo, tercer año los niveles altísimos de inflación en la economía se empezaron a aplanar, pero los primeros años fueron muy graves”.
En el largo plazo, sin embargo, si bien entre 1980 y 1998 la inflación anual ecuatoriana se situó en promedio en 36,4%, durante el período entre 2001 y 2019 se ubicó en 4,5, ocho veces menor al periodo en que circulaba el sucre, según una publicación del Banco Central del país.
“Algunos políticos y algunas élites han construido una imagen casi de panacea de la dolarización y piensan que por eso funciona bien, cuando el instrumento dolarizador bajo ciertas circunstancias no es fácil de sostener y no es posible de sostener con políticas de libre mercado”, concluyó el experto.
Fuente: Sputnik Mundo